miércoles, 28 de marzo de 2012

Algunas chapuzas de la investigación del 11 marzo

No se sabe cuál fue el explosivo, no se sabe cuál es el arma ni el autor intelectual, los condenados lo han sido con pruebas inconsistentes, como Zougan, que fue visto en cuatro sitios al mismo tiempo el día de los atentados pero no aparece en ninguna grabación de las cámaras de la estación, aunque sí aparezca un miembro de ETA, cuyo vídeo está más abajo.
La causa contra el jefe de la policía Manzano se archivó (estaba acusado de falsificación de pruebas), la jueza que lo juzgaba fue ridiculizada por periódicos como el país, Manzano, la documentación no la pasó a los policías científicos, no entregó las muestras, hizo un informe del componente de los explosivos de forma genérica, sin enviarlo al departamento especialista.
Los sacos de pruebas de las 90 t de los restos del atentado que se cogieron desaparecieron, los trenes fueron destruidos a los cuatro días y todo el material dicen que se recicló aunque nadie sabe quién dio la orden de deshacer todo, sólo quedaron unas pequeñas muestras que todos los peritos coincidieron en que eran insuficientes, algún clavo un poco de polvo de un extintor poco más. En una pericial posterior un perito dice que hay un componente "como los que utiliza ETA, que es una putada", por lo que fue asediado por Garzón. Se hace referencia también a que el tipo de explosión direccional corresponde a un explosivo militar, así como la potencia del mismo.
La única prueba que sirvió para encauzar toda la investigación fue la mochila de Vallecas, con dos pruebas falsas: un explosivo con metralla, cuando el de los trenes no tenía metralla y un teléfono preparado para no estallar con una tarjeta que dirigía directamente a unos culpables, aunque sólo por venderla, ya que la tarjeta no era necesaria para hacer estallar explosivo.
Esta mochila apareció 18 horas después en la comisaría, sin que nadie sepa de dónde ha salido. Acerca del protocolo de la custodia de los tedax se solicitó un informe a interior que tardó un año en responder, bajo mandato de Rubalcaba.
Las estaciones habían sido tomadas por la policía días antes del atentado, todos los sospechosos estaban siendo investigados, siendo gran parte de ellos confidentes policiales.
La mochila de Vallecas llevaba los cables sueltos, estaba preparada para no estallar, llevaba una tarjeta innecesaria para activar la bomba, sólo necesaria para dirigir la investigación hacia alguien.
Dicen que fue un atentado islamista, el único en el que los acusados condenaron el atentado, el único en el que los acusados islamistas no reconocen que fueron ellos, el único en el que los islamistas presuntos no se inmolan, el único está formado por delincuentes comunes que se dedican al trapicheo o temas afines, el único donde ningún terrorista aparece en las cámaras de video que filmaron el día del atentado.
Se portaron como pruebas las del renault Kangoo, aunque los perros no detectaron ningún explosivo en ellas y dos policías que la vieron tampoco, los explosivos aparecieron después en la comisaría.
El coche Skoda Favia aparece tres meses después del atentado, en el inventario no aparecía al principio ni en el listado que se hizo de todo lo que se encontró, fue una prueba puesta a posteriori que el juez eliminó sin investigar por qué había una prueba falsa.
Los culpables del atentado estaban en el piso de Leganés, en el que hubo un tiroteo con los policías pero no aparecieron casquillos, ni huellas de los mismos, sus teléfonos siguieron activos después de la explosión y dicen que mandaron un fax diciendo que todo se había producido por intervenir en la guerra de Irak aunque desde el piso no se podía mandar ningún fax. Se suicidan en el piso sin matar a nadie aunque no lo hicieron en los trenes, tras el desalojo ordenado de toda la casa. Los Tedax intentaron entrar en el piso aunque nunca lo hacen sin negociar.
Los policías en el juicio no informaron de que Zougam estaba el día anterior al atentado en un gimnasio hasta las 24 horas, aunque tenían pruebas de ello, de ocho testigos cinco fueron eliminados por contradicciones y los otros 3, de ellos dos rumanas fueron eliminadas por decir que les cayó muerto encima en un tren donde no había habido muertos, siendo rechazadas fueron admitidas después al admitir que habían visto a Zougam el día de las explosiones, siendo indemnizadas con cerca de 100.000 euros y la nacionalidad. El tercer testigo dijo que vio a Zougam pero que no estaba seguro al 100 × 100.
¡Y SE NIEGAN A REABRIR EL CASO!

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